Hola, hoy intentare hacer un ejercicio un poco diferente, normalmente  primer escribo mis ideas, mi textos y mis cosas. Escribo, escribo, edito, luego, al tener el texto, lo leo en voz alta, con cierto performance y de ahí salen los documentos que ustedes leen. Hoy hare algo diferente, hablaré, hablaré y de allí escribiré, sobre lo lindo que fue este día y una de tantas experiencias que he vivido.

Hoy desperté temprano con la inquietud en mi cabeza de ¿Qué hare hoy? Tengo muchas cosas que hacer, pero, no sé qué hacer. En teoría podrá hacer nada, esta playa es de esos lugares donde puedes hacer de todo y nada al mismo tiempo, y está bien; decidí ser feliz. Tome mi café y salí a ver el mar, a decirle buenos días, siempre es algo lindo que hacer. Estaba calmo, pocas olas poca corriente, el día un poco gris claro, estamos en días lluviosos, dije wow, no sé pero quiero estar dentro del agua un tiempo.

Desayuné, mire la situación en el hostal, hablé con un par de personas y en eso apareció mi compañero de hostal, Santiago, uno de los chicos de recepción. Le dije: ey, voy a buscar el Kayak al lado y vamos a navegar, me dijo: Ok. Está bien. Busque el kayak, entré la mar, estaba tranquilo, entre suavemente. Eran las 10 o 9 de la mañana, había gene en la playa, parchaditos, disfrutando.

Le hice señas a mi amigo, ¡Ey vamos!, se metió nadando rápido, detrás de él venia su perro, varsol, ya ustedes lo conocen. Logró llegar al kayac, y el perro venía detrás. Algo chistoso, entre los tres logramos montarnos, el perro estaba muy loco, tuvimos que sacarlo a la orilla. En resumen, navegamos, muy dentro del mar, como cinco minutos en eso. Cuando volteamos a ver hacia la costa, vaya sorpresa,  se veían, no muy claros y con algo de nubes, la nieve,  la nieve mágica y ancestral de la sierra nevada de Santa Marta, a no se cuántos kilómetros de la orilla del mar, pero muy pocos.

Pesca artesanal local, Noviembre. 2022.

Es algo mágico e increíble de ver, que tan cerca del mar, del mar tropical, hayan nieves perpetuas, que te hagan sentir como en otro planeta, en una película, no crees que sea real y sabes inmediatamente que estas en un lugar totalmente cargado de energías y de bendiciones, que te recuerda que hay que agradecerle a la vida de que estas acá, y lo afortunado que eres por eso, de vivir en esta playa, en la playa donde todo es posible; donde puedes hacer todo y nada a la vez.

Para cerrar, remamos juntos, algo de ejercicio, llegamos al hostal de Costeño Beach, parchamos un rato, hablamos con amigos. Volvimos navegando a hacia nuestro hostal, Bohemia, donde una nueva aventura me esperaba, despejes les contare en la siguiente oportunidad, nos vemos.